viernes, 16 de agosto de 2013

DELGADO LAMENTO






Oh delgado lamento
Delgado lamento


(cejilla en el tercer traste)

RE SOL RE LA RE LA* SOL RE LA6 LA LA* LA6
RE-SOL7+/SI-LA-SOL-LA-RE 2 SOL7+/SI
LA sim LA 3
Oh delgado lamento, 4
SOL LA RE LA 5
campana rota en el viento final.


RE LA sim
Oh la playa desierta,
fa#m SOL
peregrina ausencia.
LA RE LA
Tu silueta que no vi pasar.


RE LA sim
Oh cabellos al viento,
fa#m SOL
puñado de incienso.
LA RE LA
Luna herida y desnuda en el mar.


RE LA sim
Oh mis manos vacías,
fa#m SOL
la arena, los días.
LA RE LA RE
Un silbido sin dueño y sin mar.

RE-LA6-SOL7+/SI-RE-RE7+-LA/SOL-SOL RE7+ LA/SOL
RE/FA-mim-LA4•7-SOL7+*-RE9* (-RE)

RE/FA LA4•7 SOL7+* RE9*

Letra y música: Lutania, 1990
.

martes, 6 de agosto de 2013

Aceituneros / Al borde de un viaje

Aceituneros








Al borde de un viaje






(cejilla en el tercer traste)
RE SOL LA El páramo me hizo, amor,
RE de no conocerte:
SOL apenas llegaste y ya estaba
LA RE buscándome en todo tu cuerpo,
LA sim rodando en tu sombra,
fa#m SOL frenando las horas
LA al borde de un viaje.
RE SOL LA Como un lobo herido
RE volví de tu abrazo,
SOL y extiendo mi mano
LA buscando tu cara
RE LA sim a dos noches de aquí.
fa#m SOL LA Vencido a tu orilla
RE me queda la vida: SOL
tu sueño desciende,
LA corre aguas abajo,
RE LA RE se aleja de mí.
SOL LA RE SOL LA RE SOL LA RE SOL LA RE
SOL LA Tu historia y mi muerte
RE tejieron la noche:
SOL hundido en tu luna prohibida,
LA RE quemándome de horas
rodando LA sim en tu piel
desbordada, fa#m SOL invisible,
LA RE al borde de un viaje.
SOL LA Me sobran las horas
RE tendido a tu sombra,
SOL marcado de llanto,
LA de última noche,
RE LA sim de antiguo final.
fam SOL LA Mi piel despoblada
RE ahora te reclama:
SOL tu boca devasta
LA mi pecho y tus alas
RE LA RE abren y se van.
SOL LA RE SOL LA RE SOL LA RE SOL LA RE

Letra y música: Lutania, 1992

lunes, 5 de agosto de 2013

Egloga

( De Miguel Hernández para Garcilaso) ... o convertido en agua, aquí llorando, podréis allá despacio consolarme. Garcilaso.
Un claro caballero de rocío,
un pastor, un guerrero de relente,
eterno es bajo el Tajo; bajo el río
de bronce decidido y transparente.
Como un trozo de puro escalofrío
resplandece su cuello, fluye y yace,
y un cernido sudor sobre su frente
le hace corona y tornasol le hace.
El tiempo ni lo ofende ni lo ultraja,
el agua lo preserva del gusano,
lo defiende del polvo,
y lo amortaja
y lo alhaja de arena grano a grano.
Un silencio de aliento toledano
lo cubre y lo corteja,
y sólo va un silencio a su persona
y en el silencio sólo hay una abeja.
Sobre su cuerpo el agua se emociona
y bate su cencerro circulante
lleno de hondas gargantas doloridas.
Hay en su sangre fértil y distante
un enjambre de heridas: diez de soldado
y las demás de amante.
Dulce y varón, parece desarmado
un dormido martillo de diamante,
su corazón un pez maravillado
y su cabeza rota
una granada de oro apedreado
con un dulce cerebro en cada gota.
Una efusiva y amorosa cota
de mujeres de vidrio avaricioso,
sobre el alrededor de su cintura
con un cedazo gris de nada pura
garbilla el agua, selecciona y tañe,
para que no se enturbie ni se empañe
tan diáfano reposo con ninguna
porción de especie oscura.
El coro de sus manos merodea
en torno al caballero de hermosura
sin un dolor ni un arma,
y él de sus bocas de humedad rodea
su boca que aún parece que se alarma.
En vano quiere el fuego hacer ceniza
tus descansadamente fríos huesos
que ha vuelto el agua juncos militares.
Se riza ilastimable y se desriza
el corazón aquel donde los besos
tantas lástimas fueron y pesares.
Diáfano y querencioso caballero,
me siento atravesado del cuchillo
de tu dolor, y si lo considero
fue tu dolor tan grande y tan sencillo.
Antes de que la voz se me concluya,
pido a mi lengua el alma de la tuya
para descarriar entre las hojas este
dolor de recomida grama
que llevo,
estas congojas de puñal
a mi silla y a mi cama.
Me ofende el tiempo,
no me da la vida al paladar
ni un breve refrigerio de afectuosa
miel bien concedida,
y hasta el amor me sabe a cementerio.
Me quiero distraer de tanta herida.
Me da cada mañana
con decisión más firme
la desolada gana de cantar,
de llorar y de morirme.
Me quiero despedir de tanta pena,
cultivar los barbechos del olvido
y si no hacerme polvo, hacerme arena:
de mi cuerpo y su estruendo,
de mis ojos al fin desentendido,
sesteando, olvidando, sonriendo,
lejos del sentimiento y del sentido.
A la orilla leal del leal Tajo
viene la primavera en este día
a cumplir su trabajo
de primavera afable, pero fría.
Abunda en galanía
y en párpados de nata el madruguero
almendro que comprende
tan susceptible flor que un soplo mata
y una mirada ofende.
Nace la lana en paz y con cautela
sobre el paciente cuello del ganado,
hace la rosa su quehacer y vuela
y el lirio nace serio y desganado.
Nada de cuanto miro y considero
mi desaliento anima,
si tú no eres, claro caballero.
Como un loco acendrado te persigo:
me cansa el sol,
el viento me lastima
y quiero ahogarme por vivir contigo.

(Texto tomado de: Antología poética.
Ed., introd. y n. de Francisco Javier Díez de Revenga, Valencia:
Institució Alfons el Magnànim, 1999, pp. 127-130.)

A un oso frontino / Ah desdichado!

A un oso frontino


SOL RE DO RE SOL RE DO RE SOL RE DO RE SOL

RE mim
Vivo tu llanto y no muero 
DO RE 
de soledad que has perdido 
SI7 mim SI7
y una montaña ha caído
DO SOL RE
en el río que aguarda tu sangre. 

SOL RE mim 
Niebla que esconde a tus hijos 
DO RE 
ya no huele a escudo, 
SI7 mim
limpia y teme al metal de heridas
DO SOL RE
que sabrá callar en tu leyenda.

SOL RE mim
Horror hundido de garras,
DO RE
ni el odio, el grito, el coraje,
SI7 mim
ni esta guitarra te salvan,
DO SOL RE
pues quien te llora es quien te mata.

Porque mueres hoy.


DO SOL DO
Guardián del dolor
SOL RE
que refugio en el páramo.
DO SOL DO
Grito de lunas,
SOL RE
de arena y fusil.
DO SOL DO
Beso de niebla
SOL RE 
en la herida que llevo 
(SOL ó mim sim DO RE mim sim DO RE...) 
en tu piel. 



Letra y música: Lutania, 1990

Ah, desdichado


(cejilla en el quinto traste)

RE SOL LA RE
De equivocar la luna de tus pasos,
RE SOL LA RE
de conjurar los signos de otro vuelo
SOL LA RE
has perdido las alas y los vientos,
SOL LA RE
has borrado las señas de tu pecho, 
SOL LA RE
has herido la hoguera y el silencio.

SOL LA RE
Ah, desdichado, recuerda cuando amabas
SOL LA RE
aquellas noches intocables de luna,
SOL LA RE
de soledad en páramos perdidos,
fa#m SOL mim LA 
el alma a la deriva, recuerda.


SOL LA
Recuerda las lluvias a que has asistido, 
RE sim
recuerda la víspera, el timbre final, 
SOL LA RE
las palabras vivas, las frentes hundidas que no volverán.

SOL LA
Recuerda los gritos sedientos de barro,
RE sim
recuerda el pantano que te vio implorar
SOL LA RE
las noches vividas de aquel tiempo verde de no pedir más.

SOL LA7 LA7 
Recuerda la voz que aquella madrugada 
sim SOL 
multiplicó el sueño de un cuerpo olvidado 
mim 
a la puerta de un templo, 
mim7 mim7 
sin manta y sin dueño, 
LA 
sin fuego y sin pan. 



RE SOL LA RE
De atesorar las miserias del miedo,
RE SOL LA RE
de estrellarte, corazón, contra la gente
SOL LA RE 
ya vendiste a los otros tu presente, 
SOL LA RE
ya olvidaste que al final sólo te mueres,
SOL LA RE
con tus gestos, con tu gloria y con tu muerte.

SOL LA RE
Y aquí te ves malgastado y vencido, 
SOL LA RE
lleno de amigos que te saben y te duelen,
SOL LA fa#m
apostando en cada historia cada siempre,
SOL mim LA
cada eterno secreto, cada fuego, cada beso.

SOL LA RE
Otras lunas te hicieron, otras lunas 
SOL LA RE
que aguardaron amor en las lagunas,
SOL LA fam
que besaron tus pasos prohibidos,
SOL mim LA
que encendieron tu piel de asombro, de aventura.


SOL LA 
Y la lluvia oscura en los muros despiertos 
RE sim 
y un hombre dormido de felicidad 
SOL LA 
y el fuego brillando en las lágrimas quietas 
RE 
de una cara en paz. 

SOL LA 
Recuerda los gritos sedientos de barro, 
RE sim 
recuerda el pantano que te vio implorar 
SOL LA RE
las noches vividas de aquel tiempo verde de no pedir más.

SOL LA 
Recuerda una vela amarilla, un silbido, 
sim fa#m7 fa#m7 
las viejas baldosas, testigos amables 
SOL LA RE 
de veinte muchachos quemando las naves la noche final. 


Letra y música: Lutania, 1989